El Yoga nos permite tomar una conciencia cada vez más real y objetiva de nosotros mismos tal como somos. El Yoga, como técnical de interiorización, nos va descubriendo lo que hay. Nos invita a tomar conciencia más profunda de sí. De lo real, no de la idea que tenemos de sí.
A nivel físico y vital
La persona que ha hecho ejercicio físico no solamente desarrolla su cuerpo físico, proporcionalmente a la energía utilizada, sino que, paralelamente, va tomando conciencia de sí como persona que se experimenta a sí misma haciendo ejercicio físico.
La conciencia de nosotros mismos depende de la energía que se haya expresado.
Cuando tomo conciencia de mí físicamente, mi mente se ordena, se aclara.
Integramos más nuestra mente con el cuerpo. Me doy cuenta, tomo conciencia, de la energía vital del cuerpo, que está circulando por él, y, al tomar contacto y conciencia con esta energía, mi mente se vitaliza.
Esto produce un efecto de refuerzo psicológico de mí mismo. El yo se hace más fuerte, más sólido, más seguro. Permite la noción de seguridad, de fuerza, de confianza en sí mismo.
La mente se hace más inteligente y registra de un modo más fino, más preciso, lo que son demandas del cuerpo.
Nuestra mente instintiva y nuestra mente consciente se sintonizan.
A nivel de Actitud y Reeducación de Emociones
La respiración es un punto en el que coinciden lo voluntario y lo inconsciente, el aspecto más externo de la consciencia y también su aspecto más antiguo, vegetativo.
La respiración es un medio de reeducación de la personalidad. Cuando yo aprendo a respirar bien, estoy aprendiendo a vivir bien, estoy reeducando toda mi actitud y mi sistema nervioso.
A nivel mental, la mente se aquieta
La conexión con el plano de las sensaciones le proporciona a la mente una ocupación definida, la estabiliza en esa experiencia de observación y la hace salir de su círculo vicioso de imaginación mental.
A nivel de Conciencia de sí mismo
Mientras consigo ir aprendiendo a estar en relajación, manteniendo una clara lucidez, una clara noción de mí mismo, esa conciencia profunda que voy tomando de mí mismo en lo físico, en lo afectivo y en lo mental se incorpora a la conciencia que tengo del yo. Gracias a esta relajación profunda, se consigue un estado de conciencia profundo.
Primero ha de pasar por un estado de sensación física, después proseguir hacia un estado de observación en calma, tranquilo, sereno.
En ningún momento hay que perder la clara noción de sí mismo. Yo me doy cuenta de lo que está ocurriendo. Simplemente miro hacia mi. La relajación conduce a estados nuevos, a una conciencia de observación nueva.
Estar en silencio es simplemente estar y nada más; es aprender a tener conciencia de ser, pero sin nada más, sin atributos, sin ser esto o aquello; es estar yo presente.
Aparece una realidad que hasta entonces no había percibido, que Yo, como persona, como ser que está ahí, siento como un espacio, como un campo, que se puede percibir como sensación, como campo vibratorio, como algo real. Se va descubriendo un potencial cada vez mayor en esta noción de ser.
Quien sea capaz de mantener este trabajo no tendrá mucha dificultad en superar su yo-idea y aprender a vivir en su yo-experiencia real.
El Yoga es una visión integral de mí
El Yoga me lleva a conectar con mi consciencia física, con mi consciencia afectiva y con mi consciencia mental, de modo que todo esté presente, que todo esté aquí, en este momento. Entonces aparece esta noción de yo, que está conectado con todos los sectores.
Consiste en que yo aprenda a ver claramente mi ser. Aprendemos a experimentar esa actitud de visión objetiva.
APARICION DE UNA ACTITUD POSITIVA HACIA MI
En lugar de estar pendiente y apoyado en el exterior, comenzaré a estar apoyado y pendiente de mí mismo. Empezaré a ser una persona autodeterminada.
Puedo así ver, de un modo evidente, que toda la capacidad de mi estado de ánimo es algo que se moviliza dentro de mí, porque está ya dentro de mí, sucede dentro de mi. Puedo ver que el exterior puede provocarme, motivarme, quizá, moverme, pero no es capaz de darme nada. La experiencia es interna.
La actitud positiva se fundamenta en el hecho de que en nosotros existen ya todas las facultades que nos permitirían vivir de un modo feliz, inteligente, eficaz, y que, en el momento que yo decido movilizarme, por mí mismo y con total independencia del exterior, esta capacidad, dichas facultades se ejercitan, se desarrollan, se estabilizan, convertiéndose en mi modo de ser.
Aprendo que nunca nada del exterior me proporcionará energía moral, confianza en mí mismo, solidez, estabilidad. Como mucho me hará de reflejo, de activación. Toda la energía que yo soy capaz de vivir es solamente la energía que puede salir del yo. Esto requiere, como es natural, un darse cuenta, un estar muy alerta, vivir con una atención despierta, con una clara conciencia de sí mismo.
¿Finalmente que hay en mi?
Este es un misterio, el misterio de la vida, que debe ser experimentado, y de nada sirve la teoría. Detro de mi está el YO SOY.
el Yoga en India, lo llama Sat-Chit-Ananda.
SAT (Principio de Vida. Belleza y Energía), CHIT (Principio de Conocimiento: Bien e Inteligencia) Y ANANDA (Puro Gozo de Vida: Amor y Afecto)
Exracto de Antonio Blay. “Tensión, Miedo y Liberación Interior”